Hace unos días varias personas fueron testigos del atropello vehícular que sufrió un niño cuando salia de la I.E Francisco Bolognesi. Una moto conducida por un irresponsable hizo volar por los aires al pequeño ante las miradas atónitas de varias personas que circulaban por ahí, menos mal que la solidaridad de los vecinos puso a buen recaudo al niño y el sujeto que manejaba fue retenido por los testigos para que responda por sus actos hasta que llegue la policía.
No es la primera vez que suceden actos de esta naturaleza en Marcona, que se ha convertido en tierra de nadie para los conductores de taxis, mototaxis -sobretodo- o motos que se creen que están en competencia de rally. Mientras que la autoridad municipal y policial en materia de tránsito brilla por su ausencia en el distrito, sino miren el centro de la ciudad con semáforos malogrados y vehículos que se mezclan entre mototaxis, buses y camiones, que se estacionan donde les da la gana.
Si eso pasa en el centro de la ciudad y lugares cercanos que tienen inclusive doble vía, en los asentamientos humanos y pueblos jóvenes la situación es peor, hay mayor concentración poblacional y sus calles son más estrechas y por lo visto hay más mototaxis que hacen de las suyas, salvo honrosas excepciones. Hasta cuando la gente de Marcona tiene aguntar los caprichos de estos tipos, se necesita una regulación de transporte en Marcona como en otros lugares del país.
La municipalidad de Marcona y la policía nacional tienen que tomar cartas en el asunto respecto al transporte y su ordenamiento - pero ya-, y no esperar una desgracia más que lamentar.
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