Al cumplirse hoy dos años del devastador terremoto que sacudió el sur chico y parte de la sierra de Huancavelica, muy poco o casi nada se ha avanzado en la tarea de reconstrucción de la ciudad de Pisco (al ser la más afectada), las calles y avenidas de la ciudad se encuentran igual a la fecha en que se produjó el terremoto, muchos de los moradores pisqueños todavía siguen viviendo en inprovisadas carpas a la interperie, mientras ven las ruinas de las que algún día fueron sus casas.
Las zonas de Pisco Playa, San Andrés, San Clemente y Túpac Amaru, se pueden apreciar las precarias viviendas de estera y módulos, que sirven para albergar a varias familias hacinadas con niños y ancianos en su interior, y debido a la precariedad de sus covachas son los más propensos a las enfermedades respiratorias y la gripe AH1N1. Mientras los pobladores se las tratan de arreglar por si solos ante la indiferencia de las autoridades.
Ineptitud de Autoridades Locales y de Gobierno.
Mientras las autoridades locales y de gobierno se tiran la pelota, para no asumir sus responsabilidades y obligaciones, mucho se ha prometido y poco se ha avanzado, claro ejemplo del abandono estatal es el hospital San Juan de Dios, que es más que un edificio ruinoso y peligroso que en cualquier momento se viene abajo, y así en esas condiciones tiene que atender a una población de más de 70 mil habitantes de la ciudad, otro ejemplo es la comisaria de Pisco, que han tenido que improvisar módulos de madera para atender al público, mientras se espera la construcción de la nueva comisaria.
Y el Estado bien gracias, no se oye padre, mientras las cifras macroeconómicas indican un país sólido y con futuro, para variar.
El Forsur parece una entidad estatal fantasmal, que lo único que se sabe es que cambian de directivos a cada rato. Y ni hablar del famoso bono de 6 mil soles que se dió muchas veces a personas allegadas a ciertas autoridades y partidos políticos, mientras que los verdaderos damnificados fueron dejados de lado o engañados con un bono que hoy no sirve.
Cañete, Chincha e Ica a paso lento.
Mientras que las provincias vecinas de Cañete, Chincha e Ica de a poco se han ido recuperando, más por iniciativa de sus ciudadanos y ONGs que por ayuda estatal. En Chincha, las zonas de Tambo de Mora, Chincha Baja y Sunampe fueron las más afectadas, teniendo que ser reubicados los pobladores a lugares más seguros y suelo más sólido. Por lo menos en Chincha se puede apreciar un mejor avance en la reconstrucción, pero gracias a la ayuda del exterior.
En Ica todavía se puede apreciar las secuelas que dejó el terremoto, el mismo centro de Ica es visible (Iglesia del Señor de Luren), las zonas rurales como Guadalupe, Salas y Los Molinos, las más afectadas, la reconstrucción es lenta, no pudiéndose percibir los daños por la mayoría de la población iqueña que es urbana.
Es así que ante la parsimonía y la indiferencia de las autoridades locales y nacionales, hoy 15 de agosto se llega a cumplir dos años del devastador terremoto del denominado sur chico y las zonas alejadas de Huancavelica, y el panorama es el mismo, sin causar ya ninguna sorpresa para nadie, solo la protesta y la indignación de todos por el tiempo transcurrido sin nada positivo ni avances significativos y sólidos en la reconstrucción.
Lic. Carlos Sánez Osnayo
Comunicador Social
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